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Consejos para comprar una bicicleta de segunda mano

¿Qué debemos saber para comprar una bicicleta de segunda mano?

A muchos ciclistas les surge la duda sobre si comprarse una bicicleta nueva o de segunda mano. ¿Qué opción es mejor? ¿Me puedo fiar de las bicicletas de segunda mano

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El mercado de segunda mano de bicicletas es altamente dinámico y en muchos casos, en nuestra alternativa para adquirir la primera bicicleta. En este artículo se presentan una serie de consejos para comprar una bicicleta de segunda mano.

Esta opción de comprar esa bicicleta deseada se da en el mercado de segunda mano, ya sea porque no contamos con el dinero para comprarla nueva o porque el no se quiere gastar mucho dinero en esa bicicleta, este mercado es muy activo por la alta rotación de bicicletas y y la gran demanda en los últimos años, no es opción mala  y los compradores pueden encontrar muy buenas ofertas al precio deseado. 

Los consejos que se presentan a continuación tienen validez tanto para una bicicleta completa como paras comprar piezas o accesorios.

Lo primero que debemos hacer es contar con la mayor cantidad posible de información sobre lo que estamos buscando, tanto antes de ver la bicicleta en directo, como una vez quedemos con el vendedor. 


Paso 1: Contar con la información precisa sobre la bicicleta que queremos

Previo a tener un encuentro con algún vendedor, la recomendación es solicitarle la máxima información posible sobre la bicicleta como fotografías en las que se puede ver el perfecto estado  de la misma, las piezas, el color y el estado de cada parte. Se puede desconfiar si las fotos están borrosas, desenfocadas o en las que no nos enseñen las partes que queremos ver. El objetivo es saber si realmente se ajusta a lo que queremos, necesitamos y nos ofrecen antes de desplazarnos.

No está de más preguntar por la antigüedad o fecha de compra que tiene la bicicleta, los kilómetros recorridos, piezas que se han cambiado, las que debemos cambiar, motivo de la venta y lugar de compra. En lo posible, identificar el modelo que nos ofrecen para saber como era en el montaje original, de esta forma sabremos si han sustituido piezas y no nos lo han dicho o si hay algunas que deberíamos cambiar y, por tanto, incluir estos posibles cambios dentro de nuestro presupuesto (por ejemplo, el cassette, cadena y neumáticos en una bicicleta que tenga muchos años o muchos kilómetros).

Asimismo, los componentes de la bicicleta deben coincidir con los del anuncio (aunque sean diferentes a los originales de la bicicleta), y es algo en lo que debemos fijarnos, que no difieran de los que nos ofrecen al anunciarse. Si el anuncio no tiene esta información, es algo que debemos solicitar y desconfiar si no nos lo dicen.

Una buena idea, más cuanto más cara y nueva sea la bicicleta, es pedir la factura. Con ello podremos comprobar los números de serie para cerciorarnos de que todo es correcto.


Paso 2: Comprobar la talla y las medidas

En segunda medida, debemos asegurarnos de que la talla es la que corresponde al anuncio y la que estamos buscando. Para ello podemos comprobar las medidas con el cuadro, colocar el sillín a nuestra altura y subirnos en la bicicleta. Con ello comprobaremos, además de que es la talla correcta, que visualmente nos gusta cómo queda y no con el sillín demasiado alto o demasiado bajo.


Paso 3: Vigilar el estado de la bicicleta y los componentes

Con toda la información en nuestro poder y estando convencidos de continuar o tener la intención de compra, debemos ver la bicicleta (o pieza) para comprobar que su estado se ajuste a lo descrito en el anuncio. Debemos buscar marcas o señales en el cuadro que no nos hayan dicho y que puedan afectar a la integridad del mismo.

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Debemos hacer lo mismo con los componentes. Revisar que estén correctos, que no estén excesivamente desgastados o que no tengan daños. Por ejemplo, podemos comprobar el desgaste de los piñones, de las roldanas del cambio, de la cadena, de las pastillas de freno y/o los discos, de las llantas (prestando especial atención si son de carbono), de los neumáticos, el cableado y el estado de las fundas… El objetivo es buscar cualquier pieza que debamos cambiar antes de usar la bicicleta y de la que no tengamos conocimiento previo.

Un buen consejo es comprobar que pastillas y llantas corresponden, es decir, que si las llantas son de carbono, las pastillas también lo sean. Si unas pastillas se han usado en unas ruedas con aro de aluminio y luego en unas con aro de carbono, es fácil que estas últimas se estropeen por los restos de metal que se quedan en las gomas. Hay que prestar mucha atención a detalles de este tipo.

También debemos indentificar que no haya holguras en la dirección, ruedas y otros puntos de giro o de contacto. Que el giro de las bielas sea suave y sin ruidos, igual que en laruedas (que no estén descentradas, que no haya roces, etc.), que las manetas de cambio o freno no tengan golpes o movimientos laterales excesivos fruto de caídas.

Independientemente del estado de las cubiertas, que son de fácil sustitución, las ruedas son un punto sensible ya que están expuestas a golpes por baches en el asfalto, caídas, etc. Además del buen estado de los bujes, debemos fijarnos en que las llantas no tengan grietas o agujeros, los radios deben contar con la tensión adecuada (que no nos encontramos algunos sueltos y otros excesivamente tensos, etc.).


Paso 4: Últimos trucos y consejos

Siempre que podamos debemos desmontar la potencia y el manillar para comprobar el buen estado del tubo de la dirección, que no esté mal cortado o dañado y disimulado con espaciadores, o que el manillar esté fisurado por exceso de apriete de la potencia. Este punto es especialmente delicado en los componentes de carbono. También debemos retirar la tija del sillín para ver que no está rota en su parte interna o que no esté soldada al cuadro.

Otra cosa en la que debemos fijarnos es en los tornillos de la bicicleta, que no tengan el cabezal pasado, ya que nos podemos encontrar la desagradable sorpresa de que no podamos tocar la pieza por no poder manipular un tornillo.

Por último comprueba el correcto funcionamiento de la transmisión. Para ello lo mejor es, además de levantar la bicicleta y hacer los cambios “de forma manual”, dar una vuelta con ella probando que cambia bien cuando nos hemos subido. En este punto también debemos cerciorarnos de que la bicicleta no tiene vibraciones extrañas al rodar, ya que podrían ser un indicativo de bujes en mal estado, dirección fisurada, rodamientos dañados, etc.

Para que no se nos olvide revisar ninguna parte cuando vayamos a reunirnos con el comprador, podemos llevar una especie de diagrama o fotografía de la bicicleta e ir apuntando cada parte que revisamos y el estado en el que se encuentra. De esta forma, gracias al trabajo previo de documentación, nos aseguramos que hemos mirado a fondo cada parte de la bicicleta.


Paso 5: ¡Nos quedamos con la bici!

Si todo está, aparentemente, correcto, es el momento de comprar la bicicleta. Al igual que sucede con los coches o motos, lo mejor es hacer un contrato de compraventa privado en el que cada parte se quedará con una copia firmada y una copia de la cédula. Esto es recomendable para poder demostrar que ahora la bicicleta es nuestra y porque la Ley protege al comprador en caso de que existiesen daños ocultos, aun cuando el comprador no tuviese conocimiento de ellos, que le exigen arreglarlos dentro de los 6 primeros meses.


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